Este blog pretende dinamizar la observación de aves en nuestra región. Publicaremos observaciones y noticias de aves, anunciaremos actividades y a través de él cualquiera puede convocar una actividad relacionada con las aves que quiera hacer
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Día 2 – 26.10.2012 Johannesburgo – Copa Copa Lodge, Mhingaville (Limpopo)

Llegamos a Johannesburgo puntualmente a las 7.00 hrs. Una vez aterrizamos y desde la ventanilla del avión conseguimos ver los primeros pájaros sudafricanos. Un grupete de aláudidos y una pareja de avefrías que no pudimos identificar. Tras pasar el control, cambiamos 400 euros/persona, 2.400 euros que nos reportan 25.672 Rands. Luego nos daríamos cuenta, que para pasar 8 días en el Kruger, 400 euros puede ser demasiado dinero, sobretodo si tienes el alojamiento pagado. Incluso haciendo varios Night-Drives... sobra dinero. La comida, el vino y la cerveza (prácticamente el único gasto) es más barata que en España.

Nos acercamos a la agencia Thrifty donde recogemos los vehículos previamente alquilados, dos Nissan Grand Livina muy cómodos y versátiles. Lamentablemente nos entregan un sólo Grand Livina y el otro es un Nissan Livina, algo más pequeño que el susodicho. Aún así nos resultan cómodos y cabe el equipaje con cierta holgura. He de reconocer que me daba pánico conducir un coche con volante a la derecha, algo que no había hecho nunca, por un país desconocido, así que cuando José y Óscar se ofrecieron para empezar el turno de conducción me sentí bastante aliviado. José tenía metido en el móvil un software estupendo, con un mapa detalladísimo del país y no tuvimos ningún problema durante todo el viaje. Comenzamos la ruta hacia el Copa Copa Lodge, en el extremo norte del país y junto a la puerta de Punda Maria, donde debíamos pernoctar esa noche.

Del aeropuerto hasta la ciudad de Pretoria, capital administrativa del país a unos 50 kms. de Johannesburgo, nos encontramos un paisaje bastante urbano y relativamente moderno, similar a cualquier país occidental, donde empezamos a apuntar las primeras especies del viaje, como estornino de El Cabo (Lamprotornis nitens), gorrión de El Cabo (Passer melanurus), carraca lila (Coracias caudatus), vencejo palmero (Cypsiurus parvus), vencejo moro (Apus affinis) o el invasor miná común (Acridotheres tristis).

A  partir de aquí, o sea, de Pretoria hacia el norte, se abría ante nosotros un espectacular paisaje de sabana arbustiva, en un excelente estado de conservación y  donde era difícil ver un campo de cultivo. Enormes extensiones de paisaje inalterado que no tenían mucho que envidiar al propio Kruger. Íbamos en los dos vehículos comunicándonos con los walkies y cada vez que alguien veía un bicho cantábamos al otro coche la especie, por lo que no se nos escaparon demasiadas. Abundaba el alcaudón fiscal (Lanius collaris), y también vimos en vuelo y sin parar el vehículo, dos ejemplares de secretario (Sagittarius serpentarius). A ambas especies no las volvimos a ver durante el resto del viaje y de haberlo sabido, hubiéramos parado al menos a disfrutar de los secretarios. De rapaces pudimos ver elanio comun (Elanus caeruleus), la abundante águila rapaz (Aquila rapax), pigargo vocinglero (Haliaeetus vocifer), milano de pico amarillo (Milvus parasitus), culebrera pechinegra (Circaetus pectoralis) o el endémico buitre de El Cabo (Gyps coprotheres). A medida que avanzábamos nos íbamos familiarizando con la conducción.

Milano de pico amarillo Milvus parasitus. Foto José Ardáiz


Una de las cosas que extrañaban al principio era la forma de adelantar en las bien conservadas carreteras sudafricanas. La táctica era que no hay que hacer nada para adelantar al vehículo delante nuestro, sino que es el coche adelantado el que se apartaba de nuestro camino echándose al arcén. La verdad es que pensándolo bien, tiene bastante sentido y en principio parece que resta peligro a la maniobra.
Adelantando en las carreteras sudafricanas. Foto Javier Robres

Enseguida nos apeteció parar a estirar las piernas. Menuda excusa! Lo que nos apetecía era pajarear un rato, así que a la altura de la localidad de Bela-Bela nos salimos de la carretera nacional y nos introdujimos por una pista de tierra, apenas 500 mts. Sólo anduvimos un corto paseo, junto a lo que parecía una granja de animales con un recinto vallado donde se veían varios ejemplares de impala (Aepyceros melampus), seguramente domésticos pero... estábamos exultantes de alegría. Entre otras especies vimos aquí paloma de Guinea (Columba guinea), alcaraván de El Cabo (Burhinus capensis), turaco unicolor (Corythaixoides concolor) o cuclillo Didric (Chrysococcyx caprius).  Aquí fue el lugar donde saqué la cámara y los prismáticos de la maleta y ya no los guardé hasta el final del viaje.
Primera parada. Qué subidón! Foto Javier Robres

Proseguimos el viaje hacia el norte. Enseguida, en unos 15 kms., paramos en una estación de servicio con amplios jardines y rodeada de sabana arbustiva. En una corta parada y aún más corto paseo por el área, observamos golondrina colilarga (Hirundo smithii), golondrina abisinia (Cecropis abissinica), tejedor común (Ploceus cucullatus), bulbul naranjero (Pycnonotus barbatus) o corneja pía (Corvus albus). Una vez repostados los coches, proseguimos el camino, siempre con un paisaje extremadamente bien conservado y observando especies interesantes desde el coche y en marcha.
Golondrina abisinia Cecropis abissinica. Foto José Ardáiz
Alcaraván de El Cabo Burhinus capensis. Foto José Ardáiz

Seguíamos avanzando camino, pero debíamos comprar provisiones para toda la semana, al menos para el desayuno. Así que por medio de los walkies decidimos parar cuanto antes y al llegar a la población de Polokwane nos desviamos unos cinco kms.  para llegar a un pequeño supermercado en medio de la nada, que encima tenía un aspecto patético. Presentaba cantidad de estanterías semi vacías y parecía que había sido saqueado ante un inminente desastre nuclear o algo así. Sólo tenía a la venta algo de fruta, galletas, latas y chocolatinas. Compramos pan de molde, algún fiambre desconocido y alguna galleta, más que nada porque nos daba pudor el haber entrado y salir sin comprar, pero quedaba la tarea de volver a parar a hacer compra. Aún así, en la misma puerta del supermercado pudimos observar entre otras, alguna  especie muy interesante, por el mero hecho que no la vimos más que en éste punto, el pequeño estrilda escamoso (Sporopides squamifrons). También vimos aquí una especie que se nos escapó la identificación porque fue un avistamiento muy fugaz y vimos o bien una collalba capirotada (Oenanthe pileata), o bien una tarabilla sudafricana (Oenanthe bifasciata), que a la postre es también una collaba y muy similar a la anterior.

Retrocedimos de nuevo hacia Polokwane y encontramos un mercadillo de alimentación en una de sus calles principales. El lugar tenía un ambiente un tanto intimidante. No se veían personas de raza blanca por ningún lado y en la guía del África negra de Catai, decía claramente que no convenía parar en lugares donde no habitaran los blancos. Sólo el 7% de la población sudafricana es de raza blanca, un 10% mestizos y un 3% asiáticos, el resto, un 80%, son nativos de varias etnias. Todavía no nos habíamos dado cuenta de que el Apartheid, que había terminado apenas 20 años atrás, había dejado en la población de raza negra, un legado de rencor contenido del que hablaré más adelante. Aún así, César y yo nos recorrimos parte del mercadillo. En Sudáfrica no se regatea y todo tenía el precio a la vista por lo que compramos sin problemas tomates y frutas variadas de buena calidad a buen precio. En cualquier caso seguía quedando pendiente hacer una compra más completa.

Así, que emprendimos marcha, pero enseguida, en unos 50 kms. vimos unas afloraciones graníticas con muy buena pinta y a través de los walkies quedamos en parar cerca de los mogotes montañosos a echar un bocado. Recuerdo haber oído, no sé a quién, algo así como:
- “Vale. Buen sitio para parar. Aquí vamos a ver a la cafre!”

Justo antes de llegar a la localidad de Mphakane, paramos en la cuneta junto a una especie de hotel para congresos empresariales. Teníamos ante nosotros una gran llanura de sabana arbustiva bastante seca, con varios mogotes rocosos de granito rosa preciosos. Nada más bajarnos del coche vino Diego algo apresurado y comentó:
-“Oidme chicos. No es broma, eh? No es broma! Me parece que ahí en la roca se ha posado una de esas águilas negras tan guapas”.

Todos miramos rápidamente hacia el lugar y... joder! Ahí estaba! Una preciosa águila cafre (Aquila werreauxii). No dábamos crédito a lo que veíamos.
Águila cafre Aquila werreauxii. Foto Héctor García

Durante el viaje en bus y avión, habíamos hablado de las especies más interesantes que podíamos ver. Así todos queríamos ver león, leopardo, guepardo, serval, caracal, licaón o ratel, entre los mamíferos y avutarda kori, cálao terrestre, águila marcial, cernícalo del Amur, turaco crestimorado o jabirú entre las aves, pero sin duda la rapaz más deseada era el águila cafre, que por su belleza y su escasez  se convirtió sin duda, en la “especie objetivo” del viaje. Y aún a sabiendas de que era una especie escasísima, muy localizada y difícil de ver, la teníamos delante cuando apenas habíamos empezado a pajarear. Increíble! Empezaba bien la cosa. Muy bien! Teníamos los telescopios en el coche y los sacamos inmediatamente. Como es normal, a mi se me rompió el trípode sin siquiera utilizarlo y es que en todos los viajes se me tiene que romper algo. Éste no iba a ser menos y tuve que cargar durante todo el viaje con un trípode y un telescopio sin poder utilizarlos. Qué raro!  Sacamos algo de comida pero la verdad... estábamos más a pájaros que a comer y vimos un buen número de especies entre las que se encontraban el gorrión grande (Passer motitensis), la eremómela coroniverde (Eremomela scotops), el precioso roquero imitador (Thamnolaea cinnamomeiventris) o la prinia pechinegra (Prinia flavicans) que en un principio confundimos cor el apalis de Rudd (Apalis ruddi) pero una vez en casa y viendo las fotos no cabe duda que estábamos equivocados. Teníamos la esperanza de que el águila se levantara para verla en vuelo, pero no pudo ser. No podíamos perder tanto tiempo pero en cualquier caso estábamos pletóricos de contentos y reanudamos la marcha con una gran sonrisa en los labios. Cabe decir que, como en otras paradas, todas las especies que acabo de mencionar sólo las vimos en este punto del camino.
Disfrutando el águila cafre. Foto Fosé Ardáiz
Gorrión grande Passer molitensis. Foto José Ardáiz

Seguimos avanzando y tras unos cuantos kilómetros dejamos la carretera N-1 para meternos por una secundaria que nos llevó a la localidad de Waterval, donde paramos en un supermercado a pie de carretera. La zona estaba llena de gente por todos lados y creo recordar que sólo vimos un matrimonio de blancos, que supongo eran turistas como nosotros. La práctica totalidad de la gente de la zona, como en la mayoría de los lugares que paramos, era de raza negra. El súper era uno de los muchos SPAR que hay en Sudáfrica, muy grande y parecido a nuestros “hipers”. Aquí compramos ya una buena cantidad de víveres que lamentablemente ocupaban demasiado espacio en nuestros maleteros. Predominaban la leche, zumos, agua, pan, fiambres, quesos, galletas, chocolates, snacks... Si vuelvo otra vez, creo que no lo haría pues en los camps del Kruger se podían comprar todos estos productos, y no merece la pena cargar tanto los coches por unos pocos RAND de diferencia.

Como íbamos bien de tiempo, poco más adelante decidimos desviarnos al embalse de Albasini (Albasinidamm), para hacer una de esas cortas paradas de pajareo que tantas satisfacciones nos estaban dando. Empezamos a ir por pistas de tierra y al llegar a la contrapresa del pantano paramos a dar un paseo. Bajamos al cauce casi seco del río, con un lecho lleno de vegetación y unas orillas rocosas donde encontramos una gran cantidad de reptiles entre las que predominaba el escinco africano de cola azul (Mabuya quinqueateniata), que fue muy abundante durante todo el viaje y también vimos otros reptiles pero, cabe destacar una preciosa lagartija de unos 15-20 cms. de un precioso y vistoso  color turquesa y cola roja-anaranjada, el lagarto liso de Broadley (Platysaurus broadleyi). Se trataba de un macho joven por lo que todavía no presentaba una librea definitiva. Aún así... a mi me pareció espectacular. De pajaritos, también estuvo bien, como no! Y volvimos a ver una especie que no hubiéramos visto de no haber parado  aquí, el precioso cuervo cuelliblanco (Corvus albicollis). También vimos otras muchas como la garza goliath (Ardea goliath), golondrina senegalesa (Cecropis senegalensis) o el suimanga pechiblanco (Cinnyris talatala).
Contrapresa de Albasini Damm. Foto Javier Robres

Lagarto liso de Broadley Platysaurus broadleyi. Foto Héctor García
Suimanga pechiblanco Cinnyris talatala. Foto José Ardáiz

Como se nos estaba haciendo de noche, enfilamos de nuevo hacia el destino, y por pistas de tierra en buen estado salimos a la carretera R524 para dirigirnos al Copa Copa, pero antes pudimos disfrutar en una de estas pistas de una pareja de pintada crestada (Guttera pucherani). Ya en la carretera asfaltada descubrimos un mamífero atropellado. Retrocedimos para ver que era y se trataba de una civeta africana (Civettictis civetta).
Civeta africana Civettictis civetta. Foto Javier Robres

Ya de noche proseguimos viaje y no paramos hasta llegar al destino, el Copa Copa Lodge, junto a la localidad de Minghaville. Era un recinto con “chalets-habitación” como la mayoría de los hoteles de las zonas rurales. Habíamos contratado un apartamento de 6 pax. pero nos dieron varios alojamientos pequeños. En principio nos querían cobrar más, porque eran más caros varios alojamientos pequeños que uno grande pero ante la mala cara que pusimos, el recepcionista hizo una llamada y nos dijo que no había problema. Le pedimos al tipo algo de cenar y encargó tres pollos asados con patatas para los seis. Mientras los esperábamos, dimos una vuelta foqueando por el recinto. Estaba lleno de unos enormes escarabajos y multitud de ejemplares del aún más enorme milpiés gigante africano (Archispirostreptus gigas) que no dejaríamos de ver en todo el viaje. Aunque parezca mentira este enorme gusano de hasta 30 cms. de longitud, que puede excretar por sus poros una sustancia maloliente y desagradable, tiene mucha fama en U.S.A. como mascota, y últimamente se está vendiendo en Europa también. Si es que... estamos locos!
Milpiés gigante africano Archispirostreptus gigas Foto Javier Robres

También vimos aquí una mariposa nocturna que sólo puede ser la Gonimbrasia belina, una enorme mariposa nocturna, similar a nuestra gran pavón nocturno (Saturnia piri). Esta mariposa, que sólo pudimos ver aquí, debe ser abundantísima, porque su oruga, en su último estadío, es una gran fuente de alimentación entre los nativos. Es lo que ellos llaman “Mopani worm”, gusano del mopane y que goza de gran popularidad en las mesas sudafricanas.

Veíamos a otro pajarero foqueando pero no hablamos con él porque estaba fuera del recinto. También oímos lo que parecía alguna especie de chotacabras pero a pesar de acercarnos, no conseguimos verlo. También yo y sólo yo, vi fugazmente un enorme búho volando sobre el hotel. Puede que fuera un búho lechoso pero sólo lo digo por el tamaño y cabe la posibilidad que fuera un búho africano o un búho de El Cabo. Al poco y muy, muy  cansados, fuimos al comedor a esperar a los pollos. Supongo que tuvieron que criarlos, cebarlos y matarlos antes de traerlos porque tardaron la friolera de tres horas!  Tanto que algunos de nosotros se fueron a dormir sin cenar y creo recordar que nos tuvimos que meter los tres pollos entre Óscar, Diego y yo. La verdad es que estaban buenísimos pero... tres horas!!! Y es que... estaba claro! Estábamos en África!

De aquí a dormir absolutamente reventados. Yo dormí sólo en una habitación grande, cómoda y limpísima. Puse la TV para curiosear, pero estaba tan cansado que me quedé dormido enseguida y la TV se quedó encendida toda la noche.

LISTA DE ANIMALES OBSERVADOS. Johannesburgo - Copa Copa Lodge

AVES
- Avestruz  Struthio camelus (Granja)
- Francolín de Natal  Francolinus natalensis
- Pintada moñuda  Guttera pucherani
- Suirirí cariblanco Dendrocygna viduata
- Toco piquirrojo Tockus erythrorhynchus
- Carraca lila Coracias caudatus
- Alción estriado Halcyon chelicuti
- Abejaruco europeo Merops apìaster
- Cuclillo Didrik Chryssococyx caprius
- Vencejo moro Apus affinis
- Vencejo horus Apus horus
- Vencejo cafre Apus cafer
- Vencejo real Tachymarptis melba
- Vencejo común Apus apus
- Vencejo palmero africano Cypsiurus parvus
- Tórtola senegalesa Streptopelia senegalensis
- Paloma de Guinea Columba guinea
- Turaco unicolor Corythaixoides concolor
- Sisón ventrinegro Lissotis melanogaster
- Polluela negra africana Amaurornis flavirostris
- Alcaraván de El Cabo Burhinus capensis
- Avefría armada Vanellus capensis
- Milano de pico amarillo Milvus aegyptius
- Elanio común Elanus caeruleus
- Pigargo vocinglero Haliaeetus vocifer
- Buitre de El Cabo Gyps coprotheres
- Culebrera pechinegra Circaetus pectoralis
- Azor lagartijero oscuro Melierax metabates
- Águila rapaz Aquila rapax
- Águila cafre Aquila verreauxii
- Secretario Sagittarius serpentarius
- Cernícalo vulgar Falco tinnunculus
- Cormorán grande africano Phalacrocorax lucidus
- Garceta grande Casmerodius albus
- Garcilla bueyera Bubulcus ibis
- Garza real Ardea cinerea
- Garza cabecinegra Ardea melanocephala
- Garcita verdosa Butorides striata
- Morito común Plegadis falcinellus
- Ibis sagrado Threskiornis aethiopicus
- Ibis hadada Bostrychia hagedash
- Alcaudón coroniblanco Eurocephalus anguitimens
- Alcaudón fiscal Lanius collaris
- Cuervo pío Corvus albus
- Cuervo cuelliblanco Corvus albicollis
- Oruguero hombroamarillo Campephaga flava
- Golondrina común Hirundo rustica
- Golondrina abisinia Cecropis abyssinica
- Golondrina pechirrufa Cecropis semirrufa
- Golondrina senegalesa Cecropis senegalensis
- Bulbul naranjero sureño Pycnonotus tricolor
- Eremómela coroniverde Eremomela scotops
- Turdoide de Jardine Turdoides jardineii
- Prinia pechinegra Prinis flavicans
- Tarabilla sudafricana Oenanthe bifasciata ?
- Collalba capirotada Oenenthe pileata ?
- Roquero imitador Thamnolaea cinnamomeiventris
- Estornino de El Cabo Lamprotornis nitens
- Estornino amatista Cinnyricinclus leucogaster
- Suimanga pechiblanco Cyniris talatala
- Tejedor casero Ploceus cucullatus
- Tejedor búfalo piquirrojo Bubalornis niger
- Tejedor picogrueso Ambyospiza albifrons
- Tejedor obispo amarillo Euplectes afer
- Tejedor obispo aliblanco Euplectes albonotatus
- Tejedorcito escamoso Sporopipes squamifrons
- Tejedor-gorrión cejiblanco Plocepasser mahali
- Estrilda degollada Amadina fasciata
- Viuda colicinta Vidua macroura
- Viuda del paraíso Vidua paradisaea
- Gorrión común Passer domesticus
- Gorrión sudafricano Passer melanurus
- Gorrión grande Passer motitensis
- Gorrión cabecigris de El Cabo Passer diffusus
- Lavandera de El Cabo Motacilla capensis
- Miná común Acridotheres tristis
MAMÍFEROS
- Civeta africana Civeticttis civetta (Muerta)
- Meloncillo Herpestes ichneumon
- Cebra de Burchell Equus quaga (Granja)

- Eland de El Cabo Tragelaphus oryx (Granja)

- Impala Aepyceros melampus (Granja)
- Blesbok Damaliscus phillipsi (Granja)
- Papion chacma Papio ursinus

REPTILES
- Escinco africano de cola azul Mabuya quinqueateniata
- Lagarto liso de Broadley Platysaurus broadleyi

INVERTEBRADOS
- Mariposa del mopane Gonimbrasia belina
- Milpiés gigante africano  Archispirostreptus gigas

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